La internet o el canal digital se vuelve cada vez más crítico en la era de la transformación digital. En el mundo digital, todo usuario tienen una identidad digital, compuesta por datos biométricos, passwords, datos personales, etc. El mayor volumen de interacciones digitales hacen crítica la necesidad de autenticar, validar y proteger la identidad digital de las personas.
El COVID-19 aceleró abruptamente el movimiento hacia la interacción digital y remota, resaltando la importancia de contar con un canal digital seguro para interactuar con clientes, proveedores, trabajadores, y familiares.
Integración de distintas capacidades de seguridad en el proceso de negocio del cliente. Por un lado, el Onboarding o la alta digital de nuevos clientes, empleados, o ciudadanos; es decir, la creación de nuevas identidades digitales. Luego, el control del acceso seguro a través de mecanismos de autenticación robusta. Finalmente, la capacidad de análisis y detección de fraude en línea.
Facilitan la incorporación de nuevos usuarios o clientes a través de la validación segura de sus identidades digitales de forma remota, a través de un canal digital. De esta forma se supera la limitante principal actual para conseguir la alta de usuarios: la presencia física.
El proceso de Onboarding digital requiere validar que
quien
presenta los datos de una persona, como su documento de identidad, sean la misma persona. La
prueba
de vida, basada en video 3D ha sido demostrada como uno de los mecanismos más confiables y
difíciles
de engañar por suplantaciones como fotografías.
Los canales digitales generan transacciones de todo tipo, muchas de las cuales involucran movimiento de dinero, como transacciones bancarias o las del retail. El cibercrimen ha sido especialmente hábil al atacar estos canales a través de variados medios como ingeniería social, Man In the Midle o Man in The Browser. La capacidad de detección a través del monitoreo del comportamiento es una pieza clave del control del fraude.
La validación de la identidad digital requiere un esquema integral y robusto que garantice que el usuario "sea quién dice que es". NeoSecure trabaja con diversos actores de la industria que proveen soluciones adecuadas a diversos escenarios y que combinan distintos factores de autenticación como son tokens o softokens, tanto on-premise como en la nube, factores biométricos, factores de geolocalización, etc.